Nosotros
Los Inicios
Como todo emprendimiento a veces las historias iniciales no cuentan con una fundación oficial, formal. Pero la primer piedra de lo que hoy es Ball One sin duda se puso en la Av. Mitre 6669 (Wilde, provincia de Buenos Aires) cuando Guillermo Francisco Caeiro y Edelva Alessi de Caerio inauguran “Calzados Edelva” en el año 1966. A la edad de 13 años David Caeiro, hijo menor del matrimonio alternaba sus juegos con las tareas de cadete, realizando la primer compra de ojotas Hawaianas en “Casa Varta” del mítico Juan Vartabedian.
Una tarde se encontraba tomando unos mates en la zapateria Antonio Moura (por aquel entonces proveedor de calzados) Y comenta a Edelva que necesitaba un corredor de calzado. Es así que a los 20 años David Caeiro comienza a trabajar como corredor de Moura.
La Primer Zapatería
En 1979 el señor Tito Sabioni vendía el fondo de comercio de la zapatería “El Paraíso”. Este sería un hecho crucial en el desarrollo de la actividad. Con unos ahorros juntados y la fé depositada en él por Don Tito, David Caeiro logra hacerse del fondo de comercio y comienza la venta de calzado al público en la calle Zeballos 1482, manteniendo el nombre original de “Calzados El Paraiso”. La actividad comercial del local se complementaba con la venta mayorista a una pequeña cartera de zapaterias.
Depósito Propio
El proyecto de venta mayorista crece lenta pero sostenidamente. En 1987 se mudan a un local más grande ubicado en Av. Los Quilmes 400. Pero la venta mayorista acelerará los ritmos de crecimiento y rapidamente ya en el año 1990 (por falta de espacio) se compra el esqueleto sin terminar de un pequeño edificio.
Allí se construye el primer depósito mayorista y una gran zapatería con venta al público.
Esto permitirá construir sólidas bases sobre las que desarrollar la actividad de distribución del calzado. Se suman nuevos integrantes al staff de corredores y el corretaje de calzado mayorista se expande con vigor al interior visitando Mar del Plata, Tandil, y La Plata. Se agregan además Rosario y las provincias de Córdoba y Santa Fé.
Distribuidora Mayorista
El acierto de la empresa al apostar en una marca como Lady Stork (antes aún de haber visto un solo par fabricado) le permitío construir una alianza estratégica desde sus inicios.Con un trabajo sólido y constante Ball One S.R.L se convirtió en distribuidora oficial de la marca Lady Stork en capital y en la provincia de Buenos Aires.
El Nuevo Edificio
Nuevamente en el año 2006 el depósito de Av. Los Quilmes comienza a quedar chico, y se busca una propiedad para concentrar el area administrativa, comercial y logística de la empresa. Se adquiere una vieja bulonera abandonada en la localidad de Avellaneda y comienza la titánica tarea de desmalezamiento, remoción de escombros, construcción, tendido de los servicios de luz, agua y gas. Los vecinos agradecidos por el emprendimiento colaboran activamente con la obra que rescata y pone nuevamente en valor una parte muy abandona del barrio. Tan solo en 9 meses de arduo trabajo se concluye la primera etapa de la obra y se inaugura el nuevo depósito. En el año 2010 se adquieren las propiedades aledañas y se realiza una ampliación del nuevo depósito.
Una Empresa se consolida
La experiencia de los años de trabajo permitió consolidar y optimizar la logística y distribución de calzado. Se informatizaron las tareas y se logró agilizar y dinamizar los procesos. Ball One cuenta con una página web (htttp://www.ballonesrl.com) y un gran catálogo on-line organizado por productos y marcas. Este catálogo se actualiza a gran velocidad y permite ver en el acto, los últimos modelos con una gran calidad visual. Esto resulta de suma utilidad, principalmente para los clientes del interior del país.
Podemos sintetizar la politica de Ball One con las palabras de David Caeiro: “El método es la entrega inmediata de la mercadería. Nuestro eslogan es “vendemos realidades, no sueños”. Por eso cada día nos esforzamos para que esa fe puesta en nosotros hace años por don Tito y Chocha Zambioni nos acompañe en un camino que nos permita seguir creciendo y no perder la humildad, acordarnos cada día de donde venimos. Así como ayer nos ayudaron nuestros padres y amigos, hoy también nosotros queremos trabajar con gente que se lo merece...”